El jugador alemán se divirtió de esta manera en el estadio en donde salió campeón del mundo ante Argentina, en Río de Janeiro.
Lukas Podolski, tras salir ganador del Mundial con su país, pudo jugar a los penales con su hijo en el estadio Marcaná. El futbolista hizo el papel de arquero, mientras que su primogénito era quién pateaba desde el punto penal.